viernes, 21 de septiembre de 2012

Ni de aquí ni de allá


Todos los días somos bombardeados con imágenes de violencia, injusticia social, hambruna y todo tipo de barbaridades que podrían deprimir a cualquiera. Hay quienes dicen que el mundo está cada vez peor porque antes no se veía todo esto pero se equivocan. La violencia siempre ha existido pero ahora, gracias a la tecnología, nos enteramos de las malas noticias en el momento en qué suceden y con un solo click del mouse podemos ver crudas imágenes de la situación actual.
Si hubiésemos tenido internet en otras épocas nos hubiéramos horrorizado con la masacre de Las Cruzadas, la crueldad de Genghis Khan, los empalados cortesía de Vlad Teppes, el desembarco en Normandía o los campos de concentración de los Nazis. La maldad siempre ha existido sólo que ahora tenemos boletos en primera fila para verla con lujo de detalles. Los valores humanos no parecen haber evolucionado pero los medios sí.
Cuando se quiere comenzar una pelea cualquier excusa es buena, el ser humano siempre ha encontrado la manera de crear problemas de la nada y complicarse la existencia. Reconozco que cierta dosis de caos es buena para poder evolucionar, no podemos permanecer estáticos y pretender avanzar sin esfuerzo alguno pero a lo largo de la historia hemos visto como pequeños desacuerdos se convierten en guerras.
El poder, la política y la religión, entre otras, serán siempre temas polémicos que inciten fácilmente a los conflictos y por esto es que a través de los años han sido utilizados para justificar actos atroces. En mi opinión, no hay nada más deplorable que la maldad humana pero es peor aun cuando el agresor pretende hacer creer que lo hace por defender sus creencias.
Una de las excusas más populares para comenzar una guerra es la religión. La Cristianización del Imperio Romano, la Reforma protestante y la Contrarreforma Católica y La Guerra de los 30 años son algunos de los conflictos religiosos más sangrientos que ha habido y eso fue sólo en Europa. Los demás continentes estaban ocupados con sus propios problemas pero el continente americano debió recibir conflictos de fuera.
Los nativos americanos fueron masacrados en gran parte por los colonizadores ingleses que se adueñaron de sus tierras y los que quedaron fueron obligados a cambiar de religión. Los mexicanos fueron sometidos por los españoles que justificaron la matanza y el pillaje alegando que era una misión en el nombre de Dios. Sus templos fueron profanados, sus creencias ridiculizadas y su libertad coartada, todo escudándose tras la religión.
Es claro que no se puede culpar a países completos por las decisiones de unas cuantas personas, la historia está plagada de hombres y mujeres que terminaron aliándose con el bando contrario, ya sea por elección o por circunstancias ajenas a su control. Este es el planteamiento de la novela En tierra de Dioses, de Emma Ros, periodista y escritora española.
El libro narra la historia de dos hermanos españoles, el menor se queda en España buscando a través de su carrera religiosa una posición al frente de la Inquisición. El mayor se va a México donde aprende sobre la cultura y la religión Mexica. La autora alterna pasajes de las vidas de ambos hermanos logrando un fuerte contraste entre sus mundos.
Mientras uno de los hermanos dedica todo su tiempo a la búsqueda del poder el otro, Guifré, se adapta tranquilamente a la vida entre los Mexicas hasta la llegada de Hernán Cortés. Guifré sabe que los españoles no se irán hasta acabar con el pueblo que lo adoptó y que ahora es parte de él. Ahora debe decidir con quién está su lealtad.
Este libro nos transporta al pasado con descripciones vívidas de los lugares, la vestimenta, las costumbres e incluso de la comida. La autora logra transmitirnos la belleza de la cultura Mexica y no podemos evitar enamorarnos de su gente al igual que el protagonista. Si les gustan las novelas históricas entonces no pueden perderse En Tierra de Dioses, a pesar de que todos sabemos el desenlace del pueblo Mexica no podemos evitar leer página tras página con la esperanza de que la historia cambie.
La imagen utilizada es propiedad de la Editorial.

La historia no es como la cuentan


Se dice que cada historia tiene dos versiones, en ocasiones incluso más pero lo cierto es que, si no fuimos testigos, sólo nos enteramos de una parte de los acontecimientos. Muchas veces obtenemos información de primera mano de aquellos que estuvieron presentes pero nunca faltan las  versiones de los que se enteraron por medio de “un primo del vecino del hermano del amigo”.
Esto sucede en nuestra vida diaria, desde los chismes de oficina hasta los rumores sobre algún conocido pero ¿qué hay de los pasajes históricos? Desde niños nos enseñan a creer ciegamente en lo que encontramos en nuestros libros de texto. Era impensable cuestionar al maestro sobre las fechas, personajes y situaciones que aparecen entre sus páginas.
Conforme vamos creciendo nos damos cuenta que no todo es cómo nos lo cuentan y podemos verlo claramente gracias a los malentendidos ocasionados por aquellos a los que les gusta adornar los hechos hasta el grado de cambiarlos por completo o a los que se divierten inventando historias simplemente para llamar la atención. En ocasiones la deformación de la verdad puede tratarse de un problema de comunicación, como el juego de niños “teléfono descompuesto” en el que el mensaje inicial se va transformando hasta terminar en algo muy diferente y en ocasiones chistoso.
Lo que no resulta gracioso es cuando los hechos se ocultan o modifican por intereses políticos o económicos. Todos hemos sido testigos de la censura y la manipulación de información en diversos medios. Partiendo de esto no resultaría increíble pensar que lo que hemos aprendido en los libros de historia es sólo la versión aprobada por los dirigentes de cada época y país. Afortunadamente, gracias al internet podemos confirmar datos y muchos que se creían villanos ahora son reivindicados y otros tantos que se les consideraba héroes se conocen ahora como traidores.
No es bueno pensar mucho en esto porque podríamos volvernos locos, no es nada agradable pensar que debimos aprender una buena cantidad de mentiras para aprobar un examen de historia. Quizás lo mejor sea tomarlo con sentido del humor e imaginar otras versiones que nos gusten más como lo hizo Seth Grahame-Smith, autor, guionista y productor de tv y cine cuyo proyecto más reciente, Abraham Lincoln, Caza vampiros, es todo un éxito en taquilla.
Seth es un autor que ha logrado una sólida base de fans con libros como El gran libro de la pornografía y Cómo sobrevivir a una película de terror pero nunca imaginó que su popularidad aumentaría al darle tintes sobrenaturales a un clásico de la literatura. Por sugerencia de su editor, se aventuró a escribir Orgullo y Prejuicio y Zombies. Su mayor preocupación en este proyecto fue mantenerse fiel a la historia escrita por Jane Austen e incluir elementos sobrenaturales sin ofender a sus fans.
El resultado fue asombroso, no sólo llegó a la lista de los más vendidos sino que se ha traducido a más de 20 idiomas. Motivado por el impacto de esa obra escribió Abraham Lincoln, Caza vampiros, cuya adaptación a película ha sido todo un éxito. Tim Burton es uno de los productores que no dudó en respaldar a Seth, a quien anteriormente ya le había confiado el guión para su película Dark Shadows.
En esta película vemos a un Abraham Lincoln que desde niño se indigna con las injusticias sociales, dejando entrever los valores que lo llevarían después a promover el desarrollo económico y a abolir la esclavitud en Norteamérica. Pero también narra el momento en que decidió luchar contra los vampiros que al parecer abundaban en el siglo XIX.
El autor combina a la perfección los pasajes más conocidos de la vida de Lincoln con su condición de caza vampiros. Las excelentes caracterizaciones y la ambientación de la película son dignas de cualquier película biográfica dejando de lado los chupasangres que están ansiosos por encajar sus colmillos. Las secuencias de pelea son innovadoras, no sólo por la coreografía sino por las locaciones y situaciones que complican aún más las batallas.
La fotografía, hermosa y oscura, proporciona el escenario ideal para la sombría pero esperanzadora historia de este singular caza vampiros. Benjamin Walker intepreta a Lincoln de manera magistral rindiéndole tributo a uno de los mejores presidentes que han existido mientras lo hace ver incluso más genial al ser un hábil caza vampiros.
Esta película es una divertida lección de historia con un emocionante giro sobrenatural. Habrá quienes la critiquen por tergiversar la historia para darle cabida a un montón de vampiros sedientos de sangre en la Guerra Civil pero yo aplaudo la propuesta. Además, no estuve allí para saber qué fue lo que pasó realmente, los vampiros de esta película no son tan diferentes de los políticos sedientos de poder en la época actual. Quizás Seth no está tan alejado de la realidad.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Experimentos mentales


Se dice que “de genio y de loco todos tenemos un poco” aunque me atrevería a decir que la locura de cada uno de nosotros es mayor de lo que nos damos cuenta o queremos reconocer. En una ocasión alguien me dijo que si nunca te has cuestionado tu sanidad mental en algún punto de tu vida lo más seguro es que estés loco y me parece que tenía toda la razón. Si nunca has dudado de tus decisiones entonces algo no está del todo bien.
Todos hemos hecho, dicho o pensado cosas que en su momento nos parecían lo más lógico y ahora nos resultan una verdadera locura. Eso no quiere decir que todos debamos ir corriendo a que nos internen en un manicomio, simplemente se trata de la vida misma, la madurez y las diferentes etapas que debemos atravesar en nuestro desarrollo.
Las personas que acuden a los psicólogos y psiquiatras no están a un paso de portar una camisa de fuerza, por el contrario, tienen la suficiente capacidad para reconocer que necesitan ayuda. Sin importar si crees o no que lo necesitas, a ninguno nos caería mal tener el apoyo de expertos que escucharan nuestras inquietudes y que nos ayudaran a comprender por qué reaccionamos de diversas maneras ante diferentes estímulos.
Aunque no nos recostemos en un diván mientras un doctor hace anotaciones en una libreta tenemos sesiones terapéuticas con amigos y familiares. Simplemente el escuchar o ser escuchado es un desahogo que permite al afectado enfrentar problemas desde otra perspectiva. Es imposible ir por la vida sin que las personas y situaciones nos marquen de alguna manera y vayan moldeando nuestro carácter, la mayoría de las circunstancias están fuera de nuestro control pero siempre tendremos la opción de elegir ser afectados de manera positiva o negativa. Lo más importante es contar con un sistema de apoyo.
Hoy en día existen todo tipo de terapias y medicamentos para tratar los trastornos más graves pero es escalofriante pensar que todavía hasta el siglo pasado se seguían empleando violentos e invasivos métodos que parecían torturas medievales. Desde electroshocks hasta lobotomías los pobres pacientes salían de las instituciones peor de lo que habían entrado.
Sigmund Freud se atrevió a desafiar los convencionalismos y a través de la libre asociación de palabras, la hipnosis y la interpretación de los sueños desarrolló el psicoanálisis. Freud dedicó su vida al estudio del funcionamiento psíquico humano y esto le ganó tanto seguidores como detractores. A pesar de todas sus aportaciones a la psicología y a la psiquiatría hay quienes consideran que sus teorías no tienen mérito científico y que creó métodos basados en la simple especulación.
Carl Gustav Jung, fundador de la escuela de psicología analítica, aplicó en sus comienzos el tratamiento experimental de Freud con una paciente de 18 años que no respondía a ningún tratamiento convencional. Contactó a Freud para comentar el caso y la afinidad intelectual y el interés por desarrollar nuevos tratamientos derivó en una intensa relación de amistad. El respeto mutuo los llevó a consultarse constantemente sobre sus teorías y casos pero las diferencias en sus creencias amenazaban desde un principio su amistad.
Freud estaba convencido de que su amigo sería un digno sucesor en el campo del psicoanálisis pero tendría que hacerlo a su manera. Se enfurecía ante la postura que Jung tenía sobre la influencia del esoterismo en sus métodos. Nociones como alquimia, mitología y religión no tenían cabida en los estudios de Freud y con el tiempo la relación terminó. Estos años de amistad fueron la inspiración para el libro Un método peligroso, escrito por John Kerr, quién se basó en la correspondencia que mantuvieron durante esa época Freud, Jung y Sabine, la paciente cuyo tratamiento propició el primer encuentro entre los psicólogos.
Viggo Mortensen, Michael Fassbender, Keira Knightley y Vincent Cassel protagonizan Un experimento peligroso, película que muestra precisamente esta etapa en la vida de Jung que comienza con la llegada de Sabine, la paciente problemática. Jung, a pesar de estar casado, comienza un amorío con Sabine y Freud se ve involuntariamente involucrado en los problemas entre ellos.
Algunas escenas de la película se filmaron en la casa que Freud habitó y en las calles de Viena por dónde él se paseó. La producción cuidó cada detalle de la ambientación utilizando incluso transbordadores y veleros originales de principios de siglo. Las largas charlas entre Freud y Jung son un verdadero deleite y por momentos parecemos creer que nos encontramos sentados junto a ellos tomando el té, deseosos de seguir escuchando. Esta película se basa en hechos históricos pero tiene gran parte de ficción que aumenta la tensión entre los protagonistas y transmite la intensidad de sus relaciones. En mi opinión, a Un experimento peligroso no le sobra ni le falta nada. Es una gran película que mantiene al espectador cautivo de principio a fin.
Una interesante mirada a las vidas de las personas que dedicaron su existencia al estudio de la psicología humana aunque, por lo que muestran en esta película, tanto Freud como Jung pudieron haberse beneficiado de que un psicólogo les echara un vistazo.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Descifrando el código para el éxito literario


Dan Brown es un autor que goza de reconocimiento a nivel internacional gracias al éxito que tuvo su novela El Código Da Vinci. La fuerte oposición de la Iglesia y las discusiones entre detractores y fans de su trabajo sólo sirvieron para fomentar el interés por el libro y aumentar las ventas en taquilla de la película protagonizada por Tom Hanks. Así, la controversia por su obra se tradujo en ganancias millonarias.
Creo que lo más sorprendente de su libro no fueron las revelaciones, ni el tema, ni el planteamiento de ciertas cosas sino que se considerara un material peligroso que corrompía mentes. Supuestamente por eso existe la Libertad de Expresión, para que las personas puedan transmitir un mensaje y confiar que el público tome sus propias decisiones. Aun así sobraban las personas que pretendían censurar su novela en nombre de la fe aunque creo que se necesita más que un best seller y una estrategia de mercadotecnia para cambiar las creencias religiosas y convicciones de las personas. De cualquier manera, las críticas negativas sólo enriquecieron más al autor y a Hollywood.
No creo que Dan Brown haya escrito el libro con la intención de ofender a la Iglesia ni a sus seguidores pero sabía a la perfección la controversia que generaría y las ganancias que vendrían después. La mayoría de los lectores decían encontrar grandes revelaciones en su escrito y se maravillaban por toda la información que encontraban entre las páginas del libro.
Sus novelas son emocionantes ya que Brown maneja a la perfección el ritmo en sus escritos, cada palabra lleva al lector de la mano del protagonista para que juntos descifren las claves y resuelvan el enigma. Es evidente que realiza investigaciones exhaustivas para cada uno de sus libros que se caracterizan por estar llenos de datos históricos, de religión y de simbología.
Brown ha sabido capitalizar al, aparentemente, arriesgarse con ciertos temas pero es más calculado de lo que parece. Para muchos de nosotros, los temas que toca ya los hemos visto con anterioridad y varias veces a través de los años. Las revelaciones de sus libros son material de dominio común para millones de personas que nunca imaginaron verlas plasmadas en un libro dirigido a un público tan alejado de esos conceptos.
El mercado meta al que van dirigidos los libros de Dan Brown no es el mismo mercado que lee libros que tratan los temas que Brown decidió incluir en sus novelas y eso es lo que lo diferencia de otros autores. Sabe combinar temas y géneros para sorprender a sus lectores manteniendo no sólo su mercado meta sino extendiéndose a otros públicos más redituables. Dudo mucho que historiadores, expertos en arte y estudiosos de la Biblia se sorprendan con los puntos que Brown toca en sus libros.
El Símbolo Perdido es la novela más reciente de Brown y otro claro ejemplo de querer pasar por sorprendente un tema que no tiene nada de misterioso. En este libro tenemos nuevamente al profesor Robert Langdon quien parece ser un imán para conspiraciones internacionales y estar justo en el centro de elaborados planes para ocultar secretos milenarios.
Su obra es interesante de principio a fin aunque parece perder un poco de ritmo de un capítulo a otro. No pueden faltar los mensajes en código que tanto le gustan a Brown y a sus lectores. En esta ocasión el misterio se centra en las tradiciones y creencias masónicas que, por más que a los conspiradores les guste creerlo, no tienen nada de misteriosas ni prohibidas pero que son interesantes y se prestan a enigmas y acertijos que Brown aprovecha hábilmente.
El Símbolo Perdido es un buen libro que sirve para pasar el rato pero si no están del todo convencidos entonces recomiendo que esperen a que salga la película ya que el proyecto está aprobado aunque no hay fecha definida. Difícilmente creo que Brown pueda lograr el mismo éxito que tuvo con El Código pero algo sí es seguro, con tantas religiones tiene material de sobra para futuros libros con mensajes cifrados.
La imagen utilizada es propiedad de la Editorial.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Libre al fin, no más entregas

Después de sufrir la primera y segunda parte de la inexplicablemente famosa trilogía de E.L. James puedo decir con alivio que mi tormento llegó a su final tras leer 50 Sombras liberadas. Reconozco que ha sido hipócrita de mi parte criticar tanto estos libros y, aun así, haberlos leído todos, quisiera decir que fue un placer culposo pero no fue así en lo más mínimo.
Ya había comentado con anterioridad el sadomasoquismo de mi parte al obligarme a leer un material tan penosamente escrito y mi obsesión por comentar al respecto, de alguna manera arrastrando a los demás al enfermizo mundo creado por la autora.
Ya se ha mencionado hasta el cansancio el impacto negativo que esta trilogía puede tener sobre la mujer y las relaciones de pareja. No estamos hablando de las vívidas descripciones de las escenas de sexo sino del maltrato psicológico al cual la protagonista es sometida. No importa qué tantas veces el desquiciado Christian Grey le diga a la insípida Anastasia que es hermosa, sus abusos jamás podrían ser parte de un romántico cortejo, por lo menos no de uno saludable.
En 50 Sombras de Grey el mensaje parece ser que no importa lo que te diga tu instinto, ni tu familia, ni tus amigos, no importa si temes incluso por tu integridad física, vale la pena arriesgarse con un hombre si es lo suficientemente guapo. Todo el libro parece una oda a los atributos físicos de Grey que hacen que todo asomo de sentido común salga por la ventana.
50 Sombras más oscuras tiene otro mensaje, uno igual de denigrante para la mujer, aunque un hombre esté dañado emocionalmente y necesite humillarte y haya llevado una vida tan peculiar que ahora te mete en problemas que nunca imaginaste sólo debes considerar algo, si el sexo es bueno, vale la pena replantear toda tu vida y acomodarla a sus necesidades. Incluso si el pasado de ese hombre te mete en situaciones peligrosas, vale la pena si ese hombre es un Dios del sexo.
El último libro de esta vergonzosa trilogía tiene un último y peligroso mensaje, si un hombre lleva la relación al extremo, destroza tus nervios y controla cada aspecto de tu vida debido a sus traumas está bien. Si lo amas lo suficiente, eventualmente comprenderá que nunca te irás de su lado sin importar cuánto te maltrate. Sinceramente no entiendo cómo es que la relación entre estos personajes pueda considerarse una historia de amor.
Por si no fuera suficiente con las actitudes controladoras y reacciones explosivas de Grey, Anastasia debe lidiar también con las personas que son parte de la vida de su ahora esposo. Algunas son amigables pero otras deciden unirse a la enfermiza diversión maltratando a Anastasia. Aun así, ella no se da por vencida porque está perdidamente enamorada del hombre que insistió en desposarla y exigirle que, con a sus 22 años, renunciara a todo y se dedicara sólo a él.
Las escenas de sexo en este libro son aburridas y repetitivas, tanto así que podríamos saltarnos páginas completas y Grey y Anastasia seguirían recorriendo sus cuerpos con sus lenguas mientras se prometen el uno al otro que jamás se separarán. La mayor obscenidad en esta última entrega es la frivolidad de la nueva vida de Anastasia. Si E.L. James hubiera hecho contratos publicitarios por mención de marcas tendría más dinero que el ridículamente millonario Christian Grey.
El desfile de marcas de ropa, accesorios, coches, celulares, computadoras y gadgets es interminable. Lo último en tecnología, lo mejor en vehículos, los diseñadores de ropa más famosos, es irritante lo fácil que Ana se acostumbra a una vida de sirvientes, viajes en yate, guardaespaldas, compradores personales, bienes inmuebles y mucho más. No es de sorprender que se le juzgue de caza fortunas a lo largo del libro pero sí es desesperante que incluso su propio esposo se lo diga y ella tolere estas nuevas acusaciones porque lo ama.
Todos hemos conocido relaciones intensas, ya sea viviéndolas en carne propia o viendo sufrir a alguno de nuestros seres queridos. Mi único consuelo al estar leyendo estos libros es que Grey y Steele son personajes ficticios pero es alarmante considerar lo que sucede en el mundo real. Millones de mujeres sufren abuso físico y psicológico diario en todo el mundo. Muchas logran escapar valientemente de esas terribles situaciones pero otras no son tan afortunadas, algunas no cuentan con los medios para dejar atrás esa vida y otras tantas no tienen la voluntad para salir de un ciclo de abuso.
¿Qué es lo que les dice una trilogía cómo estas a todas esas mujeres? ¿Está bien, no te sientas mal? ¿Ámalo y ayúdalo a sanar? Ojalá nadie esté tomando en serio estos libros porque entonces sería un retroceso enorme para los derechos de la mujer. Incluso parece que la autora se las ingenia también para insultar a los sadomasoquistas. Trivializa estas prácticas y las hace parecer propias de personas traumatizadas con historial de abusos. E.L. James olvida considerar a los adultos que realizan estas actividades con consentimiento de todas las partes involucradas que lo hacen sólo por preferencia y no como resultado de algún trauma de la niñez.
Critico mucho a E.L. James pero quizás sea un genio de la mercadotecnia, una mujer que se atrevió a hacer del abuso una noción romántica y logró convertirse en un fenómeno editorial. Por mi parte, no encuentro atractiva la humillación ni el acoso pero cada cabeza es un mundo y no hay cabida en el mío para Christian Grey y Anastasia Steele.
La imagen utilizada es propiedad de la Editorial.